sábado, 8 de febrero de 2014

Porque odio la rima

Porque odio la rima
Consonante y asonante
De aquél torpe que se anima
Con palabra malsonante

Porque odio los absurdos
Sombrereros del saber
De los negros aforismos
Del semblante y parecer

La de amante confundido
La del canoso rebuscar
Del poeta aun perdido
Sin la esperanza recobrar

Porque odio cancioncitas
Verborreas de trombón
Las palabras conyugadas
Como gritos de cabrón.


Aleix Gainza

miércoles, 20 de febrero de 2013

Recital nocturno (el canto de un argentino viejo)

Hoy, me está costando de dormir! me siento... me siento como en la cuneta de la noche, desperdigado, ahuyentado de descanso, como escupido de las sombras encima de esta cama desdentada... me levanto medio atónito y me pongo a rellenar esta hoja vacía, como si acaso creyera rellenar un trozo de la noche. Son tan obvias las dudas de la gente, son tantas las preguntas que andan al vuelo en las ciudades, en los pueblos, en cabañas y escondrijos... Son preguntas de  todo tipo que dejan a tantos en esta cuneta donde ahora me veo yo tumbado! ¿de qué hablan estas preguntas? hablan de la gente que piensa en la gente que no puede dormir, y hablan de las personas con las que piensa la gente que al fin duerme... Hoy yo, sin tener remedio guardado, sin poder rechistar a nadie! sin poder simplemente pasar de todo y reírme de mil cosas, te pienso a ti... te pienso a ti, pienso a los ojos que decoran este rostro y que magullan a mi alma, pienso en cada una de las palabras que me has dicho, interpreto una y mil veces las frases que me has escrito, mil significados, mil tonos y cien interpretaciones. Imagino tu voz diciéndolas una vez y después otra! Intentando descifrar de todos esos enigmas que me aguardan: si eres mía .. si eres mía y tendría que guardar mi mejor sueño en el calor de la compañía, aunque lejana, presente. O, sin embargo, no tengo de ti más que los besos que me llueven por fortuna... Oh! si esos besos fueran solo parte de mi tesoro! Que me abrase la madrugada y lo desvele!

Dedicado a Hector Alterio.

lunes, 10 de diciembre de 2012

A dos pulgadas

A veces, los sueños se acarician con la punta de los dedos de nuestra mano extendida, cerramos los ojos, respiramos hondo y podemos apreciar su tacto aterciopelado. Podemos sentir su olor, su presencia, casi nos absorbe dentro de su dulce existir, los vemos, tan cerca y tan reales... despertar no es siempre una salida ya que en velo podemos verlos también al abasto de nuestras manos. Aún así, tan cerca, tan palpables, pueden esfumarse, volar, saltar y deambular burlones a dos pulgadas de nuestros brazos para toda la eternidad...

sábado, 24 de noviembre de 2012

A la sombra de una vela

Era un eco, ese retorno, como la sombra de un sonido lejano que se colaba debajo de una puerta medio abierta. Melodías, arpegios,  escalas, un sinfín de sonidos seductores acompañaban a un intermitente movimiento de una sombra esbelta. Mis manos, lentamente y sin desconcierto se acercaron al compás de esa melodía escondida a la puerta entreabierta. Dentro todo oscuridad, menos una vela que rompía con un titubeante esplendor desde una estrecha mesa al fondo de la habitación. La música salia de todas partes, cada centímetro de esas paredes eran partícipes de su eco, metálico. La vela me llamó escandalosa con su cálida y su hipnotizadora danza, sin tener opción caminé despacio hacia ella hasta descubrir qué figura sombreaba la tierna luz de la maltrechada vela. Vi unos ojos, expectantes de mi inesperada visita, claros como la mar tropical, eternos, brillantes, cortantes y absorbentes .. escondían ese mundo donde el tiempo existe como parte solo de una curiosa casualidad, bañados a la vez de una cascada de oro que brollaba de sus dedos, entrecruzados con su pelo. Sus cabellos escondían las formas de su cuerpo, que desnudo en esa cama allí olvidada me hizo caer en sueño.
Quisieron mis dedos, recorrer con prisa las sibilantes formas de su vientre, los suaves tactos de su espalda, hubieran querido mis labios abrasar los entresijos de ese cuerpo, y querer su dulce olor al ritmo de ese piano acelerado! de esas notas brollando sin cesar! apagar el eco de esas altas paredes y hacer sombra con la luz de su cuerpo a la ambiciosa vela que como la luna llena, intentaba evitar que viera las estrellas! Besó mi cuello dulce, frenética, cercana; clavó sus dientes con nervio placer mordiéndome el hombro ajetreado y clavando su mirada entre mis ojos confusos. La vela se consume, y cuando el sol entra por la ventana ese sueño desaparece de nuevo. Hasta que la próxima vela se encienda sin avisar, esper siempre el ardor de esos ojos, el tacto aterciopelado de tu vientre y esos labios carnosos.

sábado, 29 de septiembre de 2012

Hoy soñé que soñaba

Hoy soñé que soñaba que tu rostro tenía un nombre y que tus caricias eran más que la brisa que se cuela por mi ventana, hoy soñé, Imagen, que te llamaba y te nombraba. Hoy, eterno y persecutorio, decidí quien no eres, y quien no serás. Tu nombre es mi enigma, tu sonrisa un vago recuerdo de aquello que está por venir, tu ausencia es siempre la calma que precede a una tempestad. Dime, tu que te usurpas en mi intimidad, ¿qué nombre te describe? ¿dónde y cuándo hallaré tu opaca visión? aquella que corresponda en forma y color a esta sombra que ahora se imprime en los muros de mi mente.

Ave desplomada

Que desolación, que desconcierto más enorme, este dolor punzante, todos esos recuerdos, esa ilusión y ese volar magnífico. La pasada madrugada, recibiendo hoy la cortante noticia, esa ave magnífica deja ya de volar, para siempre, donde el tiempo no tiene valor, donde la esperanza no habita, donde todo y todos reposan en cierto día convirtiendo el presente en pasado, el pasado en recuerdo, el recuerdo en historia y la historia en mito y del mito al olvido hay un paso muy estrecho. Tu, tan estimado amigo, hermano, jamás pasarás a olvido mientras yo habita este presente tan preciado. Esas olas que cortabas con amor, ese viento que impulsaba tus hinchadas alas, tus amigos y tus padres, tus amantes y tus novias, tus fantasmas, tus caricias; estamos todos con la vista entre tus jarcias  deshilachadas, desplumadas y desprendidas de su esplendor brillante. Es el tiempo, que no deja de pasar y al parecer, un instante vale más que mil años cuando en un segundo todo cambia, cuando entre un "tic" y un pesado "tac" todo se da la vuelta y el sol ya no amanece tan reinante. Hoy, el mundo parece que sonría un poco menos, más intenta engañado simular alguna mueca parecida, tan macabro, tan abstracto... Para algunos fueron los mejores años, la pubertad marinera, el aprender y el aprendiz, el enseñar y el aprender.
Surcaras los mares infinitos hasta el fin de los tiempos, en aquellos bellos océanos con antiguos compañeros, donde las aguas no terminan y las tripulaciones no fatigan, donde se contemplan cien ocasos cada día, donde descansan sin temor las anclas olvidadas. Y si bien todas las derrotas carecen de millas infinitas, algún día volveremos a izar tus alas, cuando tus mares y los nuestros se encuentren de manera inevitable.

viernes, 31 de agosto de 2012

El baile de los abismos

Los abismos crecen, caen, levantan, crujen y engullan  se acercan, te absorben  suspiras y pasan, montañas, cascadas, sonidos de truenos, caer al vacío  bailas y te arrastras, enormes, feroces, lentas, apabullantes  traidoras, complejas y oscuras, amenazantes, grandiosas, amigas y enemigas, incesantes... Los abismos, las olas...

miércoles, 18 de mayo de 2011

"Tu Mar"


Desvela, ave albina, donde te enrolaste
para ver, de a una, todos los horizontes habidos
Cuéntanos, majestuosa figura:
donde te embarcaste para dar, con tanta libertad,
todos los rumbos de la mar.

Cuantas mareas viviste, volteadora,
hasta sortear tan veloz las olas;
en que balcón, de frías rocas,
te lanzaste prima y ávida al vacío
para nunca regresar,
donde perdiste el temor, petrel deslucido,
de ser pasto de su furia austral.

A cuantos marinos, cariñosa, acompañaste
hasta el remoto ocaso solar,
Dinos cuando, ladrona de sus versos,
desvelarás el secreto de tu suerte
y cuantas millas apuntas ya en tus derrotas.

A mil yeguas, encuentras tu el descenso,
y a cien yardas tus bocados,
descubre, secreta aurora,
qué buscas entre olas infinitas,
y si algún día, alma sustentada,
será la tierra tu guarida.

martes, 8 de marzo de 2011

Esas nubes


Esas nubes siguen persiguiendo mi estela,
esos humos de colores dan luz a una oscuridad
remota .

Farfulla desde una gélida noche de cellisca,
con sus tonos, sus sonidos, sus notas colgadas
y arpegios.

El estrépito de un trombón,
el percutor de esa nota azul, hoy todo se mezcla,
hoy esas risas;

Ayer tus manos, hoy esa flor cándida,
ayer tus rizos, mañana quizá
esa trompeta.

El himno, curioso, de un hado echado
el calor silvestre de tus ojos
latentes...

martes, 11 de mayo de 2010

Su amada...





Quizá fuera la tensión de su piel, o el tacto intacto de sus formas, quizá fuera el arquear de su cuerpo desnudo, el calor de su vientre, el sudor condensado en su largo y pálido cuello. A lo mejor sus labios carnosos le provocaban demasiado o quizá sus ojos le recordaban demasiado a la luna. Puede que sus gemidos aún retumbasen en su sien, palpitantes, amorfos y lejanos. Pero sin saber su nombre ni ciudad, con el vago recuerdo de su olor y del dulce recorrer de sus rizos castaños, ella se enamoró; y buscó eternamente entre los astros, que una vez se reflejaron en los ojos de su amada desnuda.